Si un invernadero no se recubre con una máquina, entonces alguien tiene que subir al techo del invernadero con una pistola pulverizadora. La empresa de pulverización Sproeibedrijf Hastra está especializada en esta tarea.
Si un invernadero no se recubre con una máquina, entonces alguien tiene que subir al techo del invernadero con una pistola pulverizadora. La empresa de pulverización Sproeibedrijf Hastra está especializada en esta tarea.
“Siempre tenemos en cuenta la seguridad en nuestro trabajo. El canalón tiene que ser lo suficientemente ancho para caminar y el techo debe ser adecuado para nuestro carro, que sirve como soporte”, enfatiza Remco Haslinghuis.
Junto con Ricardo Torenstra fundó la empresa de fumigación Hastra hace tres años. Antes de esto, tenía casi 25 años de experiencia en otra firma contratista.
Hastra se especializa en la aplicación manual de recubrimientos en la cubierta del invernadero y, además, en la limpieza del interior cuando se cambia de cultivo. “La cantidad de invernaderos que requieren una aplicación manual está disminuyendo constantemente. Lo mismo se aplica al número de personas que pueden realizar esta tarea. Se está convirtiendo en una profesión escasa, por lo que tenemos muchos puestos de trabajo”, explica Haslinghuis.
Hay muchos invernaderos, especialmente para cultivos ornamentales, que no son aptos para el recubrimiento con máquina. Se trata de los invernaderos con cubierta amplia o invernaderos interconectados con ángulos complicados. También hay otras razones por las que una máquina no se puede colocar en el techo, por ejemplo, la ubicación o el equipo del invernadero.
El arte de la aplicación manual consiste en aplicar la capa al techo de la manera más uniforme posible. Debe caminar a un ritmo suave y uniforme y mover la pistola pulverizadora hacia arriba y hacia abajo. La presión constante y el correcto mantenimiento del equipo son fundamentales para garantizar el mejor resultado. “Mezclamos el recubrimiento deseado en el tanque de un metro cúbico; a menudo usamos “Eclipse LD”, que reduce tanto la luz como el calor. Traemos 400 metros de tubería con nosotros, conectados a la bomba. Ese largo siempre es suficiente”, explica.
Ocasionalmente también aplica una capa diferente, pero en general los clientes requieren un sombreado relativamente intenso. “Estamos hablando de 18 a 22 cubos por hectárea. Tenemos muchos clientes con plantas en maceta amantes de la sombra”, explica. Su base de clientes también incluye otras empresas de plantas ornamentales.
La demanda ha cambiado claramente como resultado de la crisis energética. El trabajo no necesariamente se ha secado, pero se lleva a cabo en diferentes momentos.
“A medida que los productores se ven obligados a reducir los costos de iluminación, ahora dependen más de la luz solar natural. Como resultado, quieren que el recubrimiento se aplique más tarde en la temporada y se elimine antes. Por supuesto, teniendo en cuenta lo que el cultivo específico puede manejar”, concluye.