La región de Nantes (Francia) representa el 50% de la producción europea de canónigos
La región de Nantes representa el 85% de la producción nacional de canónigos y el 50% de la producción europea. Cerca de 6000 hectáreas se dedican cada año al cultivo de canónigos. En invierno, la producción tiene lugar al aire libre, en pequeños túneles de plástico, también conocidos como las ‘orugas de Nantes’. En verano, la producción se realiza en grandes túneles de plástico que permiten un control mejor del clima y una presión menor de los insectos.
La empresa SCEA Vendéa, con sede en Machecoul, al sur del Loira Atlántico, cultiva canónigos, lechuga joven de hoja grande y rábanos. En verano se asignan 30 hectáreas de grandes túneles de plástico a los canónigos. La luz y el calor suponen un problema. “Se necesita una capa protectora en los túneles para limitar la radiación directa sobre los canónigos, que son sensibles a las quemaduras solares, para controlar la temperatura y evitar una deshidratación excesiva del suelo”, explica Denis Clavier, gerente de producción de SCEA Vendéa. Otro aspecto esencial es que una buena capa protectora en los túneles permite limitar los problemas con Thielaviopsis basicola.
Thielaviopsis basicola influye en gran medida en el cultivo de canónigos
Thielaviopsis basicola (conocida como la podredumbre negra de la raíz) se originó hace quince años en la región y es un hongo responsable de la necrosis de la raíz y la merma de la población. Está presente especialmente en verano, ya que las altas temperaturas del suelo y la humedad alrededor de las raíces favorecen este hongo. En los grandes túneles de plástico, hasta el 20% de los productos se ve afectado por la podredumbre negra de la raíz, a veces con bajadas bruscas en la producción. “La rotación de cultivos es importante para luchar contra Thielaviopsis basicola”, señala Denis Clavier. “También es imprescindible un buen sombreado, que hace posible tener un cultivo más seco que ayuda a prevenir el hongo.”